I. Aclaración de términos
A lo largo del Nuevo Testamento, encontramos principios opuestos en tensión, contrastando lo que es del hombre o del régimen preparatorio del Antiguo Testamento con lo que proviene de Dios. Ejemplos de esto incluyen: la Ley y la gracia, las obras y la fe, y la carne y el Espíritu.
En este estudio nos enfocaremos en esta última antítesis, explorando cómo las Escrituras definen el término “carne” y cómo el Espíritu Santo trabaja para anular su influencia destructiva en la vida del creyente.
II. Los distintos significados de la palabra “carne”
A. Sentido literal
La palabra “carne” muchas veces se usa en su sentido literal para referirse a la sustancia del cuerpo humano y de los animales. En este sentido, no tiene connotación moral, sino que simplemente describe una parte de la creación que puede usarse para el bien o para el mal.
- 1 Corintios 7:28
- 1 Corintios 15:39
- Gálatas 2:20
- Gálatas 4:13-14
- Colosenses 2:5
B. La carne como humanidad
También puede significar “hombre” o “humanidad”. En Juan 1:14 encontramos esta verdad sublime: “El Verbo fue hecho carne”, refiriéndose a la encarnación de Cristo, quien tomó una naturaleza humana sin pecado, perfecta e ideal.
E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria. 1 Timoteo 3:16
C. Humanidad en contraste con Dios
En otros pasajes, “carne” representa la humanidad en contraste con Dios, mostrando la futilidad de confiar en la propia fuerza. La Biblia advierte sobre la ilusión de la autosuficiencia humana:
- Toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo (Isaías 40:6).
- Maldito el varón que confía en el hombre y pone carne por su brazo (Jeremías 17:5).
- Porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos (Mateo 16:17; Filipenses 3:3-4; Romanos 3:20; Gálatas 2:16).
D. La carne como naturaleza caída
En su uso más teológicamente significativo, “carne” describe la naturaleza caída del hombre, corrompida por el pecado y opuesta a la vida espiritual. La carne opera en oposición al Espíritu, y solo mediante la obra de Dios en nosotros podemos vencer su dominio.
III. Enseñanzas bíblicas sobre la “carne”
A. La carne no puede producir vida espiritual
La carne, en su estado natural, es incapaz de producir algo verdaderamente espiritual. Así como un cardo no puede dar higos, la carne nunca generará frutos espirituales.
Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. Juan 3:6-8
B. La carne está bajo condenación
Desde la caída del hombre, la carne ha estado bajo condenación divina, incapaz de agradar a Dios por sí misma.
Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. Romanos 8:7-8
Entonces les dijo: Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; mas Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación. Lucas 16:15
C. La carne no mejora tras la conversión
Incluso después de la conversión, la carne sigue siendo corrupta. No mejora con el tiempo ni con la experiencia cristiana.
Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne. Romanos 8:3
D. La carne y el Espíritu son opuestos
La carne y el Espíritu están en constante conflicto, luchando por el dominio en la vida del creyente.
Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisierais. Gálatas 5:17
IV. La victoria sobre la “carne”
A. Muerte y resurrección con Cristo
El creyente ha muerto con Cristo y ha resucitado con Él a una nueva vida espiritual.
Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro... Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. Romanos 6:11-14
B. Vida guiada por el Espíritu
El creyente debe vivir dependiendo del Espíritu Santo para no caer bajo el dominio de la carne.
- Romanos 8:5, 14-16
- Gálatas 5:16-18, 22-25
V. Aplicación práctica
- Reflexiona sobre cómo la carne se manifiesta en tu vida. ¿En qué áreas ves su influencia?
- Ora pidiendo que el Espíritu te ayude a vencer las tentaciones de la carne.
- Medita en la Palabra de Dios diariamente para renovar tu mente (Romanos 12:2).
- Practica el dominio propio y cultiva el fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23).
- Vive en comunidad, buscando el apoyo de otros creyentes para crecer espiritualmente.
VI. Conclusión
La lucha entre la carne y el Espíritu es una realidad diaria para todo cristiano. Sin embargo, Dios ha provisto todo lo necesario para que vivamos en victoria, guiados por su Espíritu. No se trata de reprimir la carne con fuerza de voluntad, sino de rendirse a la obra del Espíritu en nosotros. Recordemos que la victoria sobre la carne no es un logro personal, sino un resultado de la obra de Cristo en nosotros.
Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina... 2 Pedro 1:4-8
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. Efesios 2:10
Que esta enseñanza nos motive a vivir cada día en dependencia del Espíritu Santo, reflejando la vida de Cristo en nosotros. 🙏
Tarea recomendada
Para profundizar en el tema de la carne y el espíritu, se recomienda la lectura de las siguientes publicaciones:
- Las obras de la carne vs. el fruto del Espíritu 🌐 : En este taller de la conferencia #PorSuCausa 2023, el pastor Sugel Michelén aborda la contraposición entre las obras de la carne y el fruto del Espíritu, destacando cómo el Espíritu Santo transforma la vida del creyente.
- Cuando los deseos del Espíritu y los deseos de la carne se enfrentan 🌐 : El pastor Miguel Núñez enseña, basándose en Gálatas 5:16-21, sobre la lucha constante entre los deseos de la carne y los del Espíritu, y cómo Dios nos capacita para vencer en esta batalla.
- La batalla contra la carne 🌐 : R.C. Sproul explica qué es “la carne” desde una perspectiva bíblica y proporciona sabiduría sobre cómo los cristianos pueden vencer este enemigo en su vida diaria.
- La obra del Espíritu Santo según Gálatas 🌐 : Este artículo ofrece una visión panorámica de la obra del Espíritu Santo en la carta del apóstol Pablo a los Gálatas, destacando su papel en la santificación del creyente y la lucha contra la carne.
- Por el poder del Espíritu 🌐 : El Dr. Miguel Núñez aborda la lucha entre los deseos de la carne y los del Espíritu, enfatizando la necesidad de rendir nuestras vidas al Espíritu de Dios para desarrollar el fruto del Espíritu en nosotros.
- La mortificación del pecado 🌐 : Este ensayo profundiza en la práctica de la mortificación, es decir, hacer morir al “viejo hombre”, y cómo el Espíritu Santo otorga al creyente el poder para resistir la tentación y cultivar el fruto del Espíritu.
- La obra del Espíritu Santo según Romanos 8 🌐 : Se analiza cómo el Espíritu Santo renueva espiritualmente al creyente, dándole vida y poder para vivir conforme a la voluntad de Dios, en contraposición a la vida según la carne.
- Viviendo en el Espíritu 🌐 : Este artículo contrasta las características de los no creyentes, que viven según la carne, con las de los creyentes, que viven según el Espíritu, y cómo el Espíritu empodera al creyente para vencer las obras de la carne.
- No apaguéis el Espíritu 🌐 : Se destaca la importancia de mantenernos cerca de Dios a través del estudio de Su Palabra para alejarnos de los deseos de la carne y no apagar la obra del Espíritu en nuestras vidas.